Desde el piso catorce

Se  me lleva los ojos
el redondo horizonte,
la tierra que desmaya
hasta extinguirse.

Y aunque a mi alrededor
trepide la ciudad,
me llame, ruja, escarbe,
aunque me zarandee,

no existe

porque el cielo está azul,
es mediodía, el aire
que fluye en mis pulmones
es luz pura y helada

venida de muy lejos,
de allí de donde intentan,
sin lograrlo,
mis ojos regresar

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