Comunión

Cristalinas veredas tiene el cuerpo,
tibias, asustadizas,
igual que animalillos alertados
porque cruje una rama.

Por eso, acércate.
Que se cierren los ojos.
Que emprendan el desuso
de lo que es infinito en la unidad:

que hable el tacto,
la luna entre las yemas,
mi amor, cerca del todo,
a la menor distancia.

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